La economía mundial se encuentra en la antesala de una recesión global sincronizada que encabezan Estados Unidos y Reino Unido, en la cual la situación se ha venido agravando por los altibajos de los precios internacionales del petróleo y la crisis en la distribución internacional de granos y energéticos tras la intervención de Rusia en Ucrania.
Según José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, desde hace 15 meses el contexto internacional presenta una desaceleración de la actividad económica y comercial, con un alza en los niveles de inflación que está golpeando fuertemente a la mayoría de los países.
Señaló que México no está exento de padecer los efectos negativos de la contracción económica global y presenta ya algunos claroscuros en su economía, con un crecimiento muy lento del Producto Interno Bruto (PIB), que se agrava con cifras muy negativas en varios indicadores microeconómicos, como la caída en la inversión fija bruta, una baja en la actividad manufacturera y una insuficiente generación de empleos.
“Vamos a tener una fuerte sacudida en la economía mundial y se estima que en algunas naciones la recesión podría estar pegando en el primero o en el segundo trimestre de este 2023”.
Factores que inciden
El experto en finanzas recordó que para que una nación se declare técnicamente en recesión debe registrar una caída general de su actividad económica y de su PIB durante al menos dos trimestres continuos, lo que se refleja en una disminución drástica de la oferta de bienes y servicios como consecuencia de la caída del poder adquisitivo de la población.
Agregó que otro factor que incide significativamente en los indicadores para declarar una recesión es el comportamiento de las tasas de interés. La Reserva Federal de los Estados Unidos cerró 2022 con un aumento en los tipos de interés de 50 puntos, mientras que el Banco de México también lo hizo en diciembre pasado con un ajuste de 50 puntos base, alcanzado la inflación un nivel histórico de 10.5 por ciento.
Consideró que la tendencia al alza en las tasas de interés se mantendrá por lo menos durante los dos primeros trimestres de 2023, lo que significa que tendremos un inicio de año muy complicado en términos de la economía familiar y las finanzas empresariales, pues con altas tasas de interés se inhibirá el consumo y disminuirán las inversiones a raíz de que los créditos, los empréstitos y las hipotecas aumentarán significativamente.
En este sentido precisó que, si bien uno de los principales objetivos al aumentar las tasas de interés es estabilizar los niveles de inflación, esta situación también impactará negativamente en los préstamos bancarios personales o de nómina, en la compra de autos, casas, y bienes inmuebles, pero de manera importante, en las tasas de las tarjetas de crédito, por lo que la recomendación es moderar su uso o de preferencia no utilizarlas.