No podíamos esperar más, dependemos de la cercanía: la voz de un profeso
Tras 20 meses de ausencia, este lunes los alumnos regresaron a la Facultad de Medicina (FM) tan temprano que casi le ganan al sol, pues en CU el amanecer llegó a las 6:49 y las lecciones presenciales arrancaron a las siete en punto. Para ellos, fueron apenas 11 minutos los que marcaron la diferencia entre estar tomando clase al despuntar el alba o hacerlo todavía de madrugada.
Sin embargo, si estuviese en sus manos, el profesor Mario Cruz hubiera iniciado actividades incluso antes, pues considera que ha sido mucho tiempo de aislamiento y un médico, incluso uno joven y en preparación, debe estar en contacto con los otros para desarrollar esa sensibilidad y empatía tan características de quien se dedica a la salud de los demás.
“No podíamos esperar más, nosotros dependemos de la cercanía con el paciente, con nuestros colegas o con nuestros profesores; eso le da humanismo a nuestra profesión.”
Y aunque al también jefe de la sección académica de la Coordinación de Ciencias Básicas le gustaría que todo volviera a ser tal y como antes de la pandemia, él sabe que no será así y que es forzoso hacer modificaciones. Uno de estos cambios está en la forma de dar clases, que ahora se hará en modalidad híbrida, lo cual implica dividir a los grupos en dos para que una mitad tome la lección de forma presencial, mientras la otra hace lo mismo, pero desde su hogar.
“Para lograr esto dentro de las aulas se instalaron dispositivos de videoconferencia (Poly Studio) que permitirán a quien esté en su casa seguir al maestro casi como si estuviera en el sitio, e incluso participar. Este arreglo de cámaras ofrece una visión de 120 grados al interior de los salones, lo cual posibilitará seguir al docente incluso si se levanta del escritorio y camina al momento de explicar.”
Y no sólo eso, a fin de garantizar que las clases presenciales sean una actividad de bajo riesgo, la FM diseñó un protocolo sanitario denominado Regreso Seguro FACMED, el cual incluye medidas como la adecuación de las aulas para asegurar una buena ventilación, la medición de CO2 en el aire, el uso obligatorio de cubrebocas e incluso la consulta diaria de la app UNAMSaludCovid19, que, con base en un cuestionario, determina si el encuestado puede asistir a sitios públicos sin contagiar.
“Quien presente algún síntoma sospechoso de inmediato deberá practicarse un test, pero además, como sabemos que la Covid-19 puede ser asintomática, realizaremos pruebas aleatorias entre los estudiantes. Hablamos de muchas medidas preventivas, para nada es demasiado si el objetivo es mantenernos seguros todos.”
Volver a los 17 después de vivir un siglo
En opinión de Mario Cruz, esta pandemia ha representado una lección para todos y, al decir esto, no lo hace de manera figurada: él mismo fungió como maestro para sus colegas profesores y los aleccionó en el uso de nuevas tecnologías para que pudieran dar sus clases como antes, pero ahora en modalidad híbrida.
“Los médicos deben actualizarse de forma continua, pero en este caso y por un momento, los maestros volvieron a sentarse en una silla pupitre, miraron al pizarrón, hicieron preguntas y tomaron apuntes en un cuaderno, tal y como en sus días de estudiantes.”
A fin de que todo estuviera listo para este lunes, Cruz diseñó una serie de sesiones para que el personal docente supiera usar las cámaras y bocinas instaladas en cada salón, aprendiera qué botón oprimir para dar la palabra a los alumnos en casa e incluso qué hacer cuando los niveles de CO2 en el aire sobrepasen las 700 partículas por millón (aquí, la recomendación es encender los ventiladores extractores recién instalados en las aulas).
Para el académico, en este regreso físico nada puede improvisarse o depender de ocurrencias de último minuto, pues aunque gradual, todo lo que se haga en la FM impactará a una población grande, ya que en números redondos en esta primera etapa habrá cuatro mil alumnos tomando clases híbridas y dos mil de ellos lo harán de forma presencial.
“Siempre me ha gustado la frase: a grandes retos, intervenciones simples, y en este caso seguimos dicha máxima. Usar la tecnología se antoja sencillo, pero en realidad es un primer paso para regresar a nuestros campos clínicos, a la interacción con los pacientes y a una FM donde maestros y estudiantes se reencuentren de nuevo.”