Una de las metas de Enrique Ángeles y el equipo que encabeza es que estas innovaciones sean puestas al servicio de la población, ofreciendo medicamentos baratos y menos dañinos.

Desde el inicio del brote del virus SARS-CoV-2 en Wuhan, China, gran parte de la comunidad científica se ha concentrado en buscar alternativas para resolver este problema de salud pública que ha ocasionado numerosas muertes a nivel mundial y generado notables pérdidas en el sector económico.

A la fecha, se han implementado distintas estrategias para controlar la transmisión de contagios, de las cuales la vacunación ha sido la más exitosa. No obstante, su efectividad se ha reducido de manera considerable con el aumento de las variantes del coronavirus 2, permitiendo así la propagación de la enfermedad.

Con el objetivo de encarar esta pandemia, un equipo de investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, encabezado por Enrique Ángeles Anguiano, responsable del Laboratorio de Química Medicinal, propone tres ejes de acción.

El reposicionamiento de fármacos, la prueba de compuestos in house y el desarrollo de un compuesto híbrido de doble acción: una bloquea los receptores que se encuentran en las células humanas y ocasionan el contagio y la otra que impide la replicación de la carga viral.

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