Aunque tal vez hemos abandonado la idea de conmemorar el 12 de octubre como Día de la Raza, debemos reflexionar sobre esto, ya que en la actualidad vivimos bajo un colonialismo de datos que cruza con el poder y con otras prácticas.
Así lo expuso Irene Soria Guzmán, especialista en tecnología y cultura digital de la UNAM, quien precisó que compartir, hablar o descargar algo en la red –cualquier acción– beneficia a los grandes corporativos, por lo que hay que alentar el uso de software libre.
Al dictar la conferencia Hackeando de otro Modo: Apuntes para una Tecnología Crítica y Decolonial, convocada por el Colegio de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), Soria Guzmán dijo que la figura del hacker, aun cuando encuentra su origen en 1960, “vuelve a tomar protagonismo en esta época tenaz y transgresora”.
La tecnología no es neutra
La maestra en Artes Visuales por la Academia de San Carlos y doctoranda en Estudios Feministas de la Universidad Autónoma Metropolitana expresó que debe hackearse el patriarcado, es decir, conocer cómo funciona para entrometerse y cambiarlo, “es una buena metáfora”, apuntó.
“La tecnología no es neutra, refleja intereses de quien la encabeza, algunas ocasiones, incluso, la postura política de algunos hombres, y esto priva a la humanidad de cierto conocimiento.” Las mujeres, continuó la especialista, vivimos una matriz de opresiones, no sólo una, y para crear un movimiento liberador la tecnología tendría que venir cargada de esta perspectiva y así provocar un análisis crítico de la realidad.
De haber otro mundo posible, la búsqueda de una tecnología situada (libre) sería esencial en esta utopía, esto es, un empoderamiento tecnológico, agregó.
“Contra la hegemonía debemos convertirnos en un nuevo código de gente abierta, romper el control del software. Con múltiples voces, ayudar a tejer una tecnología situada que transgreda las normas capitalistas, patriarcales y de género”, recalcó.
La también egresada de la Universidad de Valencia, España, y la Universidad de Villa María, Argentina, dejó en claro que la opresión se basa en una imposibilidad de elegir, por lo que la lucha presente y futura será de todas y todos.
Espacio que se habita
En el aula virtual de la FFyL, la especialista universitaria aseguró que Internet es un espacio que se habita: con cada foto, transmisión, mensaje privado o de voz, pero que, en contraste, dicha inteligencia colectiva únicamente sirve al lucro.
“Nuestras luchas las transmitimos por estas vías, por eso saben todo de nosotras”, mencionó.
“¿Quién hace y cómo funciona esa tecnología que entra en nuestras vidas y que conoce nuestras emociones? Cinco grandes empresas del poder tecnológico: Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft (GAFAM) controlan gran parte del ciberespacio y su tecnología se lleva a cabo a través del software, el cual es un modelo de distribución.”
Por eso, reiteró, es vital utilizar lo más posible software libre, porque este componente es el mediador de comunicación con nuestros equipos y oculta los procesos que ocurren detrás de éste, con el argumento de que son códigos de programación oculta, secreto de propiedad industrial, porque el código es ley y vivimos un colonialismo de datos.